El cérvix y las fugas

El cérvix es el canal que conecta el útero con la vagina, y es por donde sale el flujo menstrual. Es fundamental que la copa menstrual esté colocada justo debajo del cérvix para recoger todo el flujo dentro de la copa. Si sientes que la copa se abre correctamente y estás segura de que no está llena, ¿por qué pueden aparecer fugas?

¿Cómo localizar el cérvix?

El cérvix tiene forma de una pequeña donita y, al tocarlo, se siente parecido a la punta de tu nariz. Incluso puedes notar el orificio por donde sale la menstruación. Si no estás segura de la posición de tu cérvix, te recomendamos localizarlo.

Antes de comenzar, ¡recuerda siempre lavar bien tus manos! Inserta un dedo en la vagina hasta que encuentres el cérvix. Una vez que lo localices, intenta insertar la copa en dirección hacia él, asegurándote de colocarla justo debajo para recoger todo el flujo menstrual. Si tienes el cérvix bajo, es posible que debas posicionar la copa alrededor del cérvix, es decir, asegurarte de que el cérvix quede dentro de la copa.

¿Por qué puede haber fugas?

El cérvix puede expandirse, contraerse, subir o bajar según la etapa de tu ciclo. A veces, el cérvix está en un ángulo hacia la pared vaginal, lo que puede dificultar que la copa se asiente correctamente. Si el cérvix está en un ángulo y no directamente hacia el exterior, la copa puede abrirse entre el cérvix y la pared vaginal, lo que permite que el flujo se escape.

¿Cómo solucionarlo?

Para evitar que esto ocurra, después de insertar la copa y asegurarte de que se ha abierto completamente, usa un dedo para rodear el aro de la copa. Verifica que no sientas el cérvix por fuera. Si lo sientes, eso significa que el cérvix está presionado por la copa, lo cual puede causar molestias como cólicos.

Si detectas que el cérvix está por fuera, lo que debes hacer es retirar la copa o sacarla ligeramente, luego volverla a insertar asegurándote de posicionarla correctamente debajo del cérvix.